martes, 4 de agosto de 2009

La Condición Humana II: El camino a la eternidad. 1959 (Ningen no joken II)


La segunda entrega de esta perfecta trilogía es quizás la mejor de las tres, describe de una forma sensacional el militarismo, la formación de los soldados, su vida, la disciplina militar japonesa, el abuso de poder. Cuando uno ve la parte en la que reclutan a los soldados con el soldado débil es imposible no acordarse de Kubrik y su Chaqueta metálica ya que seguramente esa parte la uso como referencia en su película.
Kaji es reclutado como el resto, es un soldado modelo, pero sigue sin tolerar las injusticias y siempre denunciara el abuso de los superiores a sus compañeros, Kaji es calificado por sus superiores de comunista y éso le provocará grandes problemas. Un día Michiko va a visitarlo, y aunque vaya en contra del sistema militar el superior permite que la pareja pasen la noche juntos, esta parte de la película es para mi la más bonita de las casi diez horas, a Kobayashi no le hace falta mucho diálogo para describir lo situación de los dos, sólo basta con ver sus ojos, sus miradas, el amor y el respeto que se tienen, es un encuentro lleno de ternura, la despedida sin abrazo ni beso es impactante, pero Kaji lo hace para que no parezca una despedida para siempre, y mantener la esperanza de volver a verla.
Kaji amanece en el hospital tras ayudar a escapar a un compañero suyo y en el intento de impedirlo por un superior consigue humillarlo ya que éste había asesinado a un campesino a sangre fría días antes. Al abandonar el hospital y regresar a su Unidad Kaji encuentra a un viejo amigo suyo Kageyama, que le hace ascender de cargo.
Los rusos empiezan a acercarse a las unidades de frontera japonesas, Kaji consigue armas para él y sus hombres y se ven implicados en una batalla contra los tanques rusos. Gracias a el buen criterio de Kaji de no luchar ante los tanques hasta la muerte, lo cual hubiera sido un suicido seguro, consigue que él y varios compañeros más se salven, aunque es criticado por ello por haberse “escondido” y no luchar hasta la muerte, lo que es un principio en el ejercito, los propios compañeros de cargo lo critican por haber sobrevivido a aquella batalla.
Aquí vemos a Kaji en estado puro, defendiendo siempre los derechos de los soldados, siendo un soldado destacado y más anti-bélico que nunca, se dará cuenta de la brutalidad, la ausencia de solidaridad y escrúpulos que rodea a la condición humana. Kobayashi demuestra sobradamente su excelente técnica y precisión en su trabajo, provocando sensaciones radicales al ver lo dramático de la guerra o el momento de amor en el barracon de Kaji y Michiko. Una delicia

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