viernes, 23 de octubre de 2009

Jacques Becker

Cuando se habla de los grandes directores franceses, casi nunca se nombra a Jacques Becker, probablemente por su escasa filmografía, pero con sólo trece películas, Jacques Becker para mí merece ocupar un puesto entre Renoir, Carné, Godard, Truffaut, etc. Porqué dentro de esos trece largometrajes hay algunas de las obras más artísticas, bellas y técnicas del cine francés, algunas muy influyentes, en directores, como lo reconoció el propio Truffaut, pero también en el propio cine francés como No toquéis la pasta o en el cine internacional como La Evasión.

El cine de Becker se caracteriza por el realismo y la técnica, es un director muy detallista, tiene la capacidad de construir dramas de una manera cautivadora y apasionante. Tiene una habilidad especial para dirigir a los actores con un equilibrio perfecto entre la psicología de los diálogos y la minuciosidad de la puesta en escena. También posee una un gran control del tiempo cinematográfico y al ver sus películas uno siempre siente que está viendo algo realmente auténtico. Estas semanas voy a hablar de las cuatro películas que me parecen más interesantes, La evasión, Los amantes de Montparnasse, No toquéis la pasta y París bajos fondos.

Nació el 15 de septiembre de 1906 en París, en una familia burguesa, su padre era el director de la empresa Fulmen y su madre que era de origen inglés, trabajaba en una casa de moda. Su familia viajaba regularmente de vacaciones al sur de Francia donde allí conoció alguna personalidad francesa, que eran amigos de la familia, como el director Jean Renoir o Paul Cezanne hijo del famoso pintor. Por cierto Jean Renoir era hijo del famoso pintor Pierre-Auguste Renoir.

Becquer trabajó entre otras cosas como camarero en barcos de crucero, que hacían la travesía Havre-Nueva York y uno de esos viajes en 1928 conoció a King Vidor, que le propuso trabajar como actor y director asistente, pero Becker decidió quedarse en Francia donde llegará a ser el asistente de Jean Renoir en los mejores años del director, entre 1932 y 1939. Empezó en la dirección en 1934 codirigiendo un cortometraje junto a Pierre Prevert, pero no fue hasta 1939 cuando se aventuró en solitario a dirigir una película, L´Or de Cristobal pero la abandonó en mitad del rodaje, y fue acabada por Jean Stelli. Después de este pequeño tropiezo, Jacques Becker pasó un año como prisionero de guerra, cuando regresó a París en 1942 consiguió realizar su primera película completa, Dernier atout. Becker bajo la ocupación alemana de Francia dirigió dos películas más de distinto corte, pero todas ellas basadas en un movimiento versátil de la cámara, en 1943 Goupi Mains Rouges y en 1945 Falbalas. Jacques Becker que destacaba por sus cualidades morales colaboró en el texto Cocos contra Corbeau para ayudar a Clouzot como ya conté en la entrada de Le Corbeau.

Después de la Segunda Guerra Mundial realizó varias comedias como Antoine et Antoinette que ganó la Palma de Oro del Festival Internacional de Cannes. En 1952 hizo una de sus grandes obras, Paris, Bajos fondos donde hace una poética revisión a fondo del Paris de principios del siglo XX. Un año después firmó No toquéis la pasta uno de los títulos que más influyeron en las posteriores películas de Film noir francés. Tras tres películas más, dirigió en 1958 un magnífico melodrama basado en la vida del pintor Modigliani, Los amantes de Montparnasse y en 1960 realizó su auténtica obra maestra y una de las películas mas importantes de la historia del cine La evasión basada en un hecho real, sobre la fuga que protagonizaron unos prisioneros en la cárcel de La Sante. Becker ya estaba enfermo durante el rodaje de La evasión y murió en París antes de que se terminara de montar el sonido.

Jacques Becker ha demostrado sobradamente con sus obras que es uno de los grandes directores del cine francés, y que como hizo su hijo, el realizador, Jean Becquer hay que defender su prestigio y su valor artístico para que no caiga en el olvido.

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miércoles, 21 de octubre de 2009

París, Bajos Fondos 1952 (Casque d´Or)

La obra se basa en la historia real de Amélie Hélie, una prostituta francesa del París de la Belle Époque, a la que se conocía como Casque d´Or por su bonito pelo rubio, que es el título original del film. El estreno de la película se retrasó más de lo debido ya que el viudo de Amélie intentó sacar una orden judicial en su contra, alegando que violaba la privacidad de su esposa. El escenario de la obra de Becker es el distrito Belville de París en 1904 y es el lugar perfecto para esta historia de amor trágico.

Tal vez Casque d´Or representa mejor que ninguna de sus películas, la manera de hacer cine de Jacques Becker. Su principal preocupación es mostrar la esencia de la vida humana, sufrimiento, placer, derrotas, victorias. Becker dijo una vez: “No quiero demostrar nada, excepto que la vida es más fuerte que todo lo demás”. El primer encuentro ente Manda y Marie lo demuestra, el intercambio de palabras es casi inexistente pero no es necesario, porque el lenguaje corporal lo sustituye, y uno se da cuenta instantáneamente la atracción entre ambos.

La historia se centra en la relación entre Georges Manda (Serge Reggiani) y Marie (Simone Signoret), Marie es la novia de Roland jefe de una pandilla de delincuentes, y Manda es un ex convicto que ahora lleva una vida formal, y que casualmente conoce a uno de los miembros de la pandilla, en un bar bailando es como se conocen y se enamoran a primera vista los protagonistas. Tras empezar una relación en secreto la banda de Roland se entera y esto hace que los dos hombres, Manda y Roland organicen una pelea en la parte de atrás de un bar para resolver sus diferencias, finalmente Roland muere. A partir de aquí los enamorados se enfrentan a grandes dificultades y tienen que huir al campo. Más adelante se suceden intentos de traición y chantaje hacia Manda, el cual tendrá que superarlos como sea, siempre teniendo en mente su amor por Marie.

Es imposible no hablar de la maravillosa actriz principal, Simone Signoret, es uno de los mejores papeles de esta legendaria actriz francesa, en los que combina el lenguaje corporal, facial y el diálogo de una forma inmejorable. Pudo ayudar a esta interpretación los consejos que dio Becker a sus actores: “Quería que mis actores se comportaran como si estuvieran viviendo el momento, no como si simplemente fueran vestidos de época”. Así, Becker demostró que fue también un gran director de actores, sensible y atento consiguió sacar siempre lo mejor de ellos.

Para mí París bajos fondos, es después de Le Trou la mejor película de Jacques Becker, una obra cargada de sensaciones, que te hace disfrutar y sentir la historia como si la estuvieras viviendo tú mismo, ésto es debido a la naturalidad y la manera que tiene Becker de rodar y de enfocar sus obras, con una sensibilidad única.

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lunes, 19 de octubre de 2009

No Toquéis la Pasta 1954 (Touchez pas au grisbi)

Es una adaptación de la novela homónima de Albert Simonin, de la que se dice que tuvo un impacto revolucionario en la escritura de delincuencia francesa. Se estrenó en Paris en Marzo de 1954, donde no obtuvo un gran éxito. Marcó el debut de Lino Ventura en la pantalla. No toquéis la pasta es un claro ejemplo de las influencias culturales entre Francia y EEUU, en el ámbito cinematográfico, como por ejemplo en las películas de delincuencia francesa y gángsters, películas con las que los franceses y americanos se atribuyen la creación del cine negro. Lo que si es cierto, es que No toquéis la pasta allanó el camino a otras grandes películas francesas de robos al estilo americano, que se realizaron después de 1955, un ejemplo podría ser la famosa y gran película Du Rififi chez les Hommes (Rififi) de Jules Dasin.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Jean Gabin no había tenido trabajos de mucho reconocimiento, pero en el Festival Internacional de Cine de Venecia de 1954 gano la Copa Volpi como mejor actor por su interpretación en esta película. Max es un personaje que está cansado de la estupidez de los bajos fondos y desea escapar, es un hombre que quiere cambiar totalmente de medio, y aunque ha sido destructiva, la delincuencia es lo que más lugar ha ocupado en su vida, pero ahora ya esta rendido. Contrariamente al prototipo de héroe en las películas de gángsters, Max ha alcanzado ya un poder que en realidad no quiere o no necesita más, cuando tradicionalmente se muestra como los gángsters llegan al tope de poder y por ambición les desborda y lo llegan a perder todo.

La película se centra en Max que ha dado el que quiere que sea su último golpe, el robo de cincuenta millones de francos en lingotes de oro, el robo debió ser fácil, lo difícil será esperar el tiempo necesario para que el botín pase desapercibido y pueda ser vendido. En No toquéis la pasta a Becquer no le hace falta mostrar ni siquiera explicar el robo, simplemente se ve un informe en el periódico. El genio de Becquer prefiere centrarse decididamente en lo que viene antes o después de las acciones decisivas. Por eso podemos ver a Gabin y su socio del crimen, a medianoche en uno de los apartamentos de Max, como comen paté con tostadas y beben vino, y como luego se cepillan los dientes, y se reparten las camas y los pijamas tranquilamente en lo que es para mí la secuencia más memorable de la película.

Magnifica también es la escena final cuando Max elige en la maquina de música del bar, o jukebox, su canción favorita, y comienza a sonar esa melodía mientras aparecen los créditos finales, es como una manera de asumir la derrota de forma positiva y alegre. Jacques Becker vuelve a demostrar una vez más lo bien que sabe hacer las películas y como las marca con su sello y estilo personal.

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domingo, 18 de octubre de 2009

Los Amantes de Montparnasse 1958 (Montparnasse 19)

Los amantes de Montparnasse es un inquietante examen sobre la figura del artista incomprendido, y de lo irónica que puede llegar a ser la fama. La película repasa los últimos años de vida del pintor Amedeo Modigliani. Becker realizo una magnífica película, honesta pero profundamente pesimista, que deja al espectador con una amarga sensación.

Modigliani fue uno de esos artistas con un talento desbordante pero que en su vida nunca llegaron a reconocerles su éxito, y que después de su muerte pasan a ser genios de la historia del arte. Su trabajo fue rechazado y ridiculizado durante toda su vida. Modi, como le conocían sus amigos, era un hombre de excesos, indisciplinado e inestable, en ocasiones violento y alcohólico, pero nadie duda ahora de su genuino talento. Su falta de concentración, la mala suerte y su comportamiento autodestructivo hicieron que el indiscutible valor artístico de Modigliani no fuera reconocido en vida.

Los amantes de Montparnasse originalmente iba a haber sido dirigida por Max Ophuls, pero cayo gravemente enfermo de manera que no podía hacerse cargo del proyecto, y sugirió que otro gran director dirigiera la película, Jacques Becker, Ophuls murió días antes del estreno de la película. Becker prefiere centrarse en la parte más sombría del genio, mostrando continuamente escenas de él en los bares, con sus amantes, o en sus momentos violentos, en vez de mostrar al artista trabajando, aunque Modigliani no se caracterizó por una pintura meticulosa, sino que utilizaba grandes trazos y termina sus obras muy rápido, habitualmente pintaba en momentos de gran inspiración, cuando estaba ebrio o después del alguna experiencia intensa.

Gerard Philipe interpreta el papel de Modigliani de manera sensacional, viendo su actuación se podría pensar que el papel estaba escrito literalmente para él, es sin duda uno de sus mejores papeles. A esta buena interpretación contribuyó el director de fotografía Christian Matras que captura en la cara de Philipe una verdadera sensación de tormento y desesperación. Gerard Philipe murió pocos años después de rodar la película, casualmente a la misma edad que Modigliani, a los treinta y siete años.

Otra gran personaje de la película es su agente y gran amigo, el marchante de arte Zborowsky, que siguió siendo su representante incluso con el poco mercado que tenia Modi y el escaso beneficio que le reportaba, aún así lo acompaño en todo momento, pagándole el alquiler el mismo, buscando continuamente compradores y animándole en los momentos mas difíciles. Modi, encontró a la mujer que de verdad amaba, dejando de una vez a un lado a sus amantes, en una academia de pintura, una joven estudiante, Jeanne, que quedó totalmente enamorada de él, de tal manera que desafía a sus padres marchandose de casa para poder compartir la vida con el genio.

La escena final de la película cumple su objetivo de una manera muy eficaz, es un final trágico y doloroso, que te produce rabia y tristeza por lo acontecido. Jacques Becker no quiso mostrar en el film, el tremendo desenlace que tuvo la historia en la vida real, después de la muerte de Modigliani, Jeanne su mujer, embarazada de nueve meses en ese momento, se suicido saltando desde lo alto de un quinto piso. Jacques Becker supo plasmar muy bien la gran fuerza y el carisma que tienen este tipo de artistas, la atracción que producen a la gente que les rodea, teniendo siempre grandes defectos, y aún así pueden llegar a provocar algo tan trágico como el suicidio de Jeanne.

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sábado, 17 de octubre de 2009

La Evasión 1960 (Le Trou)

La evasión es una obra maestra indiscutible, además es una de las películas por las que siento especial predilección, una película que no se me olvida nunca y que siempre que hablo de cine la tengo presente. La evasión fue aclamada como obra maestra por los directores de la nouvelle vague y más particularmente por François Truffaut. Hoy en día sigue manteniéndose como uno de los mejores dramas carcelarios de todos los tiempos, teniendo en cuenta lo amplio que es el género y la cantidad de films que se han realizado posteriormente sobre fugas.

Es inevitable no comparar La evasión con la gran película de Bresson, Un condenado a muerte se ha escapado, y de la que ya hablé en la temática del propio director. Pero estas dos películas tienen muchas diferencias, la de Bresson es más un trabajo espiritual, en cambio, Becker se centra más en la realidad, sombría y oscura. Además de que el deseo de escapar de la prisión en la película de Bresson es una cuestión de vida o muerte y en la de Becker está impulsada por la necesidad de ser libre y destruir el régimen que trata a los prisioneros como animales.

Para añadir más sensación de realismo, Jacques Becker incluyó actores no profesionales para la película y además no hay una sola nota musical durante todo el largometraje hasta que aparecen los títulos de crédito, es realmente difícil imaginar una película de gran tensión y suspense con ausencia total de música, pues Becker lo consigue magistralmente.

La evasión está basada en un hecho real de la postguerra, en el que un grupo de cinco presos tratan de llevar a cabo una fuga en la cárcel de La Sante en París, es una adaptación de la novela que escribió uno de los ex-presos que protagonizaron la fuga, José Giovanni. La película comienza con el protagonista de la película, Roland, diciendo: “Mi amigo Jacques Becker ha descrito con todo detalle una historia verídica, la mía” y es verdad, porqué el actor que interpreta a Roland, Jean Keraudy, participó en el intento de fuga que se describe en la película, y donde interpretó el papel que tuvo en la vida real.

Le Trou, título original, y que quiere decir “el agujero” no hace referencia a la prisión ni a la celda que los mantiene encerrados, sino al agujero que excavan en su celda durante la fuga, un agujero que conduce a la liberación, una escena esplendida se produce cuando dos de los presos terminan el agujero y pasan a través del alcantarillado, y asoman sus cabezas por la alcantarilla viendo la calzada, la libertad.

Gran parte de la fascinación visual de la película gira en torno al proceso doloroso de excavar ese túnel a través de la pared de hormigón de la alcantarilla que hay bajo la celda. Los largos planos detallistas de los trabajos que realizan para fugarse como el incesante golpear del hierro contra la piedra del suelo de la celda, un golpear tan duro y difícil, hace que el espectador comparta su dolor, su frustración, pero también su optimismo. Muchas escenas de los métodos que usan, sobre todo Roland, para salvar todas las dificultades técnicas que se le plantean en su camino a la libertad son magistrales, como el ejercicio circense que hace junto a Manu para no ser vistos por un guardia tras una columna, genial.

Se ha comentado muchas veces el perfecto control que posee Jacques Becker sobre el tiempo cinematográfico, y en La evasión lo muestra de forma muy compleja, el tiempo de la película está dividido en dos partes. En la primera, Becker insiste en reflejar el tiempo real, dando mucha importancia a los acontecimientos que tendrían lugar si fuera la vida real. Sin embargo en la segunda mitad, Becker aprovecha inteligentemente que los presos antes no podían medir el tiempo y que Roland ha fabricado un reloj de arena, entonces ahora el tiempo se puede medir y con ello la película va más deprisa, las acciones son más cortas y menos detallistas, este contraste de tiempos nos prepara para el sorprendente final de La evasión.

Uno de los detalles que más me gustan de la película es el invento del pequeño periscopio, que fabrican con un trozo de espejo y un cepillo de dientes, impresionantes las imágenes filmadas a través del espejo. Ya que los guardias hacen estrictos controles a los presos, tanto en los paquetes de alimentos, como en el horario, etc, pues ellos usan este artilugio para espiar a los guardias, y contrarrestar así sus métodos invasivos.

Destacar el contraste entre los personajes de Geo, que colabora y ayuda a sus compañeros hasta el final en la excavación del túnel para luego comunicarles que no se va a fugar por que no le compensa. Con el papel de Gaspard que es un hombre débil y un traidor. Jacques Becker en Le trou refleja como nadie lo que es el compañerismo, la lealtad, el trabajo en equipo y la traición. El director estaba enfermo durante el rodaje, y murió sin haber terminado la mezcla de sonido, la película se terminó como deseaba Becker, pero después de su no muy exitoso estreno el productor decidió recortar la película de ciento cuarenta minutos a ciento trece. Es una auténtica lastima que ese metraje se perdiera y no podamos disfrutar de la obra completa, aun así, La evasión es una fascinante obra maestra.

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