Es una de las grandes películas del cine negro, Perversidad está basada en la novela Perversidad es el titulo en español y sirve como una gran descripción de lo que nos espera en la película, en la que Edward G. Robinson hace el papel de Christopher Cross, un empleado de banca que lleva veinticinco años de servicio, pero tristemente casado con su esposa, una mujer cruel, que es capaz de tener un retrato de su primer marido en el salón de su propia casa. Cross sólo tiene una manera de evadirse de la tiranía de su mujer, y es la pintura, disfruta pintado.
Un día Cross ayuda a Kitty (Joan Bennett) después de un ataque de su novio, él se enamora rápidamente de ella, y ella lo cree un pintor rico por los comentarios sobre su pintura, entonces a Johnny, el novio, se le ocurre que ella siga manteniendo una buena relación con él, haciéndole creer que está enamorada, para robarle así todo el dinero que puedan.
Finalmente alquilan un apartamento que les servirá tanto de estudio de pintura para Cross, como para estar en teoría junto a Kitty, pero es al revés, le sirve a Kitty para estar a solas con su novio. La pareja empiezan a vender cuadros sin que Cross se entere, y empiezan a gustar a un conocido crítico de arte. Cuando Cross se decide a proponerle a Kitty que se case con él, ella se burla, con una de las frases mas famosas de esta película: “!Quería reírme en tu cara desde el momento en que te conocí, eres viejo, feo y me pones enferma!” Tras ésto, y una serie de acontecimientos que no voy a desvelar, Cross acaba pobre, y sin forma de reclamar sus propios cuadros, y sobre todo obsesionado con Kitty y Johnny.
Perversidad es una obra imprescindible para cualquier seguidor de Fritz Lang o para cualquier aficionado a este género, que en este caso se caracteriza por la perfecta mujer fatal y la ausencia de detectives, típico personaje del cine negro, pero que en perversidad no hace falta.
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